Sí, sí. No se me ha ido la cabeza ni estas leyendo el blog de mister chef.
Venga, interpreta qué te estoy preguntando…
Esto es una página que debe hablar de negocios y de datos, según lo que pone ahí arriba.
¿Cueces o enriqueces?
[…]
¿Lo tienes ya?
Me refiero a que si cocinas datos simplemente sin aportar mejora alguna al plato final de tu empresa o si realmente enriqueces el negocio con tus análisis.
Todas las empresas hablan de la importancia del análisis de datos para mejorar los negocios, pero existen serias dudas de qué porcentaje de negocios lo consiguen tras la inversión.
¿Tienes tú también esa sensación? ¿Crees que tu negocio no mejora lo suficiente en base a los análisis que realizáis?
Te lo pongo fácil.
En la newsletter, hablaré de modelos de negocio, sus retos y de cómo lo mejoran a través del análisis de sus datos.
Lo mismo te interesa.
Si entiendes de lo que hablo entonces es que probablemente analizas datos o trabajas en algún área del negocio.
Incluso puede que seas el dueño de uno.
Ya que estamos, por curiosidad, ¿analizas datos o trabajas en algún área del negocio de tu empresa?
Si respondes que analizas datos, probablemente serás una persona técnica al servicio del negocio y, por tanto, entender las claves de tu negocio mejor te permitiría hacer análisis más útiles en menos iteraciones.
Si respondes que trabajas en un área de negocio, lo normal es que para hacer tus análisis tengas cierto nivel de dependencia de personas de tecnología y tener más habilidades técnicas te daría mayor autonomía y posibilidades.
En cualquiera de los dos casos, ¿qué ocurriría si redujeses ese gap que tienes con el otro perfil?
Por cierto.
Es irrelevante que te hagas llamar:
- data o business analyst;
- data scientist o citizen data scientist;
- business developer;
- CDAO, CDO, CFO o FEO;
- cualquiera de los mil nombres cuquis que el marketing puede poner a los roles para el mundo de la analítica de datos o el negocio.
Todos los perfiles tienen un objetivo común.
El negocio y sus datos van de la mano y debes entender ambos mundos para mejorar la cuenta de resultados de tu empresa.
Porque… ¿tenemos claro que cualquier análisis o iniciativa que hagamos no tiene valor si no se traduce al final en una mejora en la cuenta de resultados, verdad?
Doy por hecho que lo tienes claro y que lo estás consiguiendo… ¿No?
Te veo dudar…
[…]
En lo que no dudamos, porque es cierto en general, es que todos hemos desarrollado un lado más que el otro.
En ocasiones, mucho más…
Mejor dicho, en muchas ocasiones, no es que hayamos desarrollado más un lado, es que hemos dejado completamente estancado el otro…
Personas muy técnicas que le cuesta entender bien el funcionamiento de la empresa, las prioridades y los objetivos o personas capaces de generar o entender muy bien el negocio que son un cero a la izquierda técnicamente.
Y lo que también es verdad es que las personas encuentran su máximo potencial cuando cumplen unos mínimos en cada lado y no están en el extremo absoluto.
Ejemplo futbolero:
- Joao Félix: un tío con gran técnica y talento para el fútbol, pero de dudosa capacidad de sacrificio en defensa y constancia.
- Thomas Gravesen: troll de las cavernas, derroche físico y agresividad al servicio del equipo, pero no es capaz de dar un pase preciso a más de 4 metros.
- Jude Bellingham: jugador equilibrado con dominio de la técnica, la táctica y el físico. Tiene llegada, gol, control de balón, pase, sacrificio defensivo, va bien por alto…
¿A cuál ficharías?
¿Nos entendemos, verdad?
Por favor, no seas esa persona de negocio que no sabe hacer un filtro en excel ni esa persona techie que ni sabe ni quiere saber lo más mínimo de cómo gana dinero su empresa.
Tienes que tener unos mínimos en todos los ámbitos. Y cuanto mayor sea ese mínimo mejor.
Mejor para ti, mejor para tu departamento, mejor para tu empresa.
Aumenta tus mínimos desde hoy.
[…]
Seguro que conoces, porque es famosa, la fórmula de Victor Kuppers del valor de las personas:
V = (C + H) * A
donde:
- V es el valor de la persona;
- C es su conocimiento;
- H son sus habilidades;
- A es su actitud;
y dice que la clave es que la C y la H suman, pero que la actitud multiplica.
Nada que objetar.
Yo hago una pequeña adaptación para nuestro caso:
V = ( N * T ) ^ A
Donde:
- V es la estimación de tu valor profesional futuro;
- N es el conocimiento o entendimiento del negocio, medido de cero a dos;
- T es tu habilidad técnica, medida de cero a dos;
- A es la actitud ante el trabajo, tu capacidad de mejora o aprendizaje, medida de uno a diez.
NOTA: Si no entiendes la fórmula es mejor que no sigas leyendo esto y vuelvas a tik tok, instagram o la red social de entretenimiento en la que pases la mayor parte de las horas de tu tiempo.
¿Continuamos?
Continuamos entonces.
Tener una buena actitud en el trabajo y capacidad de aprendizaje, afrontar las tareas o proyectos con la mejor energía, siempre contribuye y potencia tu punto de partida. Ningún pero.
Ahora, ¿qué pasa si tu conocimiento de negocio o tus habilidades técnicas es un 1,8, pero la otra es un 0,5?
Te recuerdo la fórmula:
V = ( N * T ) ^ A
Lo ves, ¿verdad?
El 1 en cada variable es el mínimo para no restar al producto. Ese mínimo que debes tener para que sumes a la empresa y no restes.
No te tomes la fórmula de manera muy científica, solo pretendo transmitirte una idea.
Si tienes una A alta, pon foco en subir tu N y tu T para tener un mejor futuro profesional, sea lo que sea a lo que te dediques o hagas.
¡Quiero mejorar mi N y mi T desde hoy!
[…]
Las empresas están para ganar dinero y tú debes hacerle ganar dinero a tu empresa.
Para ello, debes entender cual es la estructura de ingresos y costes (objetivos a mejorar), entender qué puedes hacer para potenciar cada pata (plan) y qué herramientas tienes para ello (recursos).
Esto es, una estrategia.
Que sí, que sí… Que uno no tiene que saberlo todo.
Que no es obligatorio que cada persona sepa descifrar al completo la P&L de la empresa y entender si es mejor Polars que Pandas (cosas de programación con python, no hace falta que tires de google).
Que hay equipos y que se pueden delegar cosas y, entre todos, reunir las capacidades necesarias.
¡Pues claro!
Pero se tienen que entender en unos mínimos. Asegúrate de llegar a ellos.
En cualquier caso, seguro que conoces a esa persona que se maneja bien en todos o casi todos los niveles… Y que, cuando no sabe, lo investiga y se forma hasta que lo entiende razonablemente.
Le plantean un problema y:
- Si no conoce un proceso de negocio, busca a quien sí lo conoce sea del departamento que sea y lo hace suyo.
- Si no entiende el proceso de la web que está recopilando unos datos y generando algún error, es capaz de revisárselo y encontrar el fallo.
- Es capaz de explicar su trabajo, hacer entender a quien haga falta cómo eso va a mejorar la empresa, incluso estimar el retorno en euros.
Algunos lo ven como una especie de super héroe, capaz de resolver todos los problemas de este mundo.
Piensa en alguien, en tu empresa actual o en alguna anterior.
¿Lo tienes?
¿Cómo le va?
Apuesto a que es una de las personas mejor valoradas. Resuelve, promociona, la gente habla maravillas de él, ella o elle y es al primero que llaman hasta para arreglar el grifo de la cocina.
Porque esa gente te arregla ese grifo, ¿lo sabes, verdad?
Aaaamigo…
Esa persona habla el mismo idioma que los jefes del negocio, entiende sus problemas y tiene herramientas para dar soluciones.
Y también habla el mismo idioma que los perfiles más técnicos u operativos, así que les puede explicar su necesidad, guiar y ayudar a entender el problema, auto responderse algunas preguntas o saber si se la están colando.
Tener los conocimientos mínimos para hablar el mismo idioma que las personas importantes de tu empresa te da mucha ventaja.
¿Que aprendas otro idioma? No, no te estoy diciendo que aprendas inglés si tu empresa es norteamericana… ¡Céntrate, por Dios!
Hablo de entenderte con toda la gente, con los altos cargos y con los bajos cargos, conocer todo lo que puedas de su ámbito de responsabilidad, de sus problemas, de sus retos, de sus herramientas… Tanto de la parte de negocio, como de la técnica u operativa.
Aumenta esos conocimientos de ambos lados. Busca la manera, pero ¡hazlo!
En mi newsletter hablo de negocios, de datos y de la gestión de esos negocios a través de los datos.
Puedes apuntarte ahora mismo e ir cogiendo ese conocimiento poco a poco con la fuerza de la repetición.
Sí… Poco a poco… La magia no existe y los milagros, salvo en Lourdes, tampoco.
Pero oye, que también puedes no hacerlo y seguir como estás.
No. No me refiero a apuntarte a esta newsletter. Me refiero a querer mejorar tus conocimientos de negocio y/o de datos.
Lo mismo estás contento así y no tienes interés por progresar.
Lo respeto.
Igual que respeto a la gente que no invierte su dinero y pierde poder adquisitivo cada año por la propia inflación.
Si decides degradarte profesionalmente por el paso del tiempo por la inflación profesional, lo respeto, pero no lo comparto.
Si tú tampoco lo compartes y decides seguir aprendiendo, me alegro por ti. Creo que tomas la decisión adecuada para seguir progresando.
Si, además, decides seguir aprendiendo apuntándote a esta newsletter, también me alegraré por mí mismo, ya que el esfuerzo que estoy poniendo en este proyecto para ayudar a las personas a tener un conocimiento más profundo sobre los negocios y las herramientas para mejorarlos a través de los datos, va a llegar a una persona más.
Dicho esto, por si te preguntas, «¿y cómo voy a aprender leyéndote?»
Tras suscribirte, en primer lugar, te enviaré algunos correos sentando unas bases para que nos podamos entender tú y yo posteriormente.
No puedo pretender que te entiendas mejor con otros en tu empresa si nosotros dos no nos entendemos.
Posteriormente, te enviaré un par de ejemplos de análisis de empresas en los que veremos:
- su modelo de negocio,
- cómo ingresan y en qué gastan,
- qué problemas o retos tienen,
- qué datos y procesos son los críticos del negocio,
- cómo los miden, y
- cómo los utilizan para hacer acciones de mejora.
Todo esto gratis por apuntarte a la newsletter.
Por cierto, darse de baja también es gratis. Y fácil.
Cero spam.
¿Quién es pam?
Cero es pam.
¿Qué?
La newsletter, que te distraes.
Si quieres aprender más de negocios y de cómo utilizar los datos para mejorarlos, te apuntas aquí abajo.
[…]
Oye, que te estarás preguntando, ¿y tú quien eres para enseñarme a mí todo esto?
Esa es fácil y te respondo rápido.
NADIE.
Soy nadie y pretendo seguir siéndolo.
En primer lugar, este viaje lo hago por mí y para mí.
Porque me permitirá aumentar mi conocimiento de diferentes negocios de diferentes sectores, conocer personas con mucho más recorrido en determinadas áreas, que gestionan negocios o departamentos de los mismos, que utilizan datos para medir y mejorar sus procesos y resultados y ver cómo lo hacen.
Y ese viaje que quiero hacer para mí, lo quiero compartir contigo, para que aprendamos juntos, si te interesa.
Por tanto, de momento, soy un nadie que:
- se licenció en Ciencias Matemáticas
- ha trabajado más de 5 años como desarrollador de software
- ha trabajado dos años como consultor de inteligencia de negocios (BI)
- ha trabajado un año en el nicho del Big Data
- ha hecho un máster en Ciencia de Datos y otros cursos relacionados
- ha trabajado más de nueve años como responsable de data e inteligencia de negocio
- ha tenido dos empresas: una física, una academia, y una digital, con un software como servicio
- es un apasionado del mundo del emprendimiento, los negocios y los datos.
Así que ni mi nombre ni mis logros te convencerán a día de hoy.
Si te unes, que sea porque has leído algo con lo que has conectado y quieres compartir este viaje desde el asiento del copiloto.
Porque tenlo claro, lo que queramos aprender tú y yo será lo que nos guíe en el camino que recorramos.
Pero no olvides que conduzco yo, ¡no podrás echar mano al volante! Eso sí, dame conversación y vete sugiriendo canciones que poner y pueblos que visitar.
Para, ¡que me subo al carro!
En este viaje, tendremos dato para rato.
A disfrutarlo juntos.